La nuez pecán

La nuez pecán

Es el único nogal originario de América del Norte, su nombre de origen indio significa según investigaciones realizadas en EEUU, “La nuez que requiere una piedra para romperse”.

Su historia se remonta al siglo XVII aunque se han encontrado evidencias de su uso en algunos lugares de Texas y norte de México datadas como de 6.100 AC.

Dada su disponibilidad, muchas tribus nativas de EEUU y México la utilizaban como una de las principales fuentes de alimento en el otoño.

Las primeras plantaciones se remontan hacia finales del siglo XVII realizadas por colonias españolas y sacerdotes franciscanos existiendo documentación que data de 1711, y para el año 1772 los primeros cultivos comerciales en Long Island, difundiéndose rápidamente en jardines y fincas como las de G.Washington y T. Jefferson y de manera simultanea a lo largo de la costa del Golfo de México.

En 1822 en Carolina del Sur se desarrollan las primeras técnicas de injerto aunque recién se comenzó a difundir con mayor amplitud a partir de 1846 en Philadelphia.

El pecan llegó a nuestro país a principios del siglo pasado a través de semillas traídas por D. F. Sarmiento.

En el delta del Paraná, el Ing. Martín Leber en 1949 inicia una campaña de difusión del cultivo repartiendo semillas a muchos productores de la zona.

Desde 1969 el INTA Delta ha trabajado en el desarrollo del cultivo mediante la introducción de variedades comerciales, investigación sobre el manejo, enfermedades, plagas, riego, fertilización, calidad, comercialización y mercados, etc.

Podría caracterizarse al pecan como un Forestal de gran porte y gran longevidad (más de 100 años de producción). A diferencia de las producciones frutales que cada un determinado periodo de tiempo, los árboles son talados y el ciclo vuelve a comenzar, muchas veces no sin inconvenientes ya que la reforestación en algunos casos es costosa.

Un huerto de pecán se implanta inicialmente y luego de que entre en producción (6to a 9no año), se convierte en un cultivo tipo “anual” ya que su cosecha podrá ser aprovechada anualmente y siempre con producciones crecientes.

Es por eso que es un cultivo con grandes beneficios además de económicos, ecológicos y ambientales por su permanencia.

Por otra parte, su producto es un fruto de los denominados frutos secos con alto valor comercial y nutricional, con muchos beneficios para la salud humana.

El pecán fue el único alimento natural que llevaron las misiones Apolo en sus viajes a la Luna.

Es una excelente fuente de proteínas y minerales tales como el magnesio, fósforo, potasio, zinc y vitaminas A, E y ácido fólico. También contiene Calcio, Hierro, Manganeso, Selenium y vitamina C.

Contiene un alto porcentaje de aceites. El 73% son ácidos grasos mono-insaturados (Oleico), 17% son ácidos poli-insaturados (Linoleico) lo que efectivamente reduce los niveles de colesterol malo LDL que produce arterioesclerosis por oxidación de lipoproteínas y mantiene constante el colesterol bueno HDL obteniéndose una efectiva protección contra enfermedades cardíacas entre otros beneficios a la salud.

Actualmente existen más de 500 cultivares de pecán en el mundo. El principal banco genético está en EEUU de donde es originario.

En Argentina, luego de un largo proceso de importación de cultivares directamente desde ese banco genético del USDA, contamos hoy con 36 cultivares que se adaptan a los distintos requerimientos agroecológicos de nuestro país.

Así, contamos con un set de cultivares para la región templado húmeda, otro para la región NOA (Árida o semiárida) y otra para los sitios con menor cantidad de días libres de heladas que podemos denominar como cultivares de ciclo corto.

Estos cultivares han sido evaluados y continúan su evaluación en una red nacional de evaluación de cultivares del INTA iniciada hace ya más de 10 años.